Instalar una bomba de calor es sin duda la mejor opción de calefacción: económica, eficiente, muy estética, y por si fuera poco es la más sustentable de las opciones disponibles en el mercado.
Son considerados artefactos destacados en el marco de eficiencia energética ya que logra una eficiencia del 500% posicionándose como el mejor sustituto de calderas a gas o eléctricas.
Este tipo de dispositivos son utilizados a nivel residencial tanto para la calefacción del domicilio a través de losa radiante o fancoil, como para calefacción de piscina y su extensión de temporada.
Estos equipos basan su funcionamiento en el principio de la aerotermia. Por medio del funcionamiento de un compresor, condensador, disipador e intercambiador de titanio, logran captar el calor existente en el aire y transmitirlo al agua o fluido que se desea calefaccionar, ya sea de la loza radiante, como el agua de la piscina.
Su gran ventaja se encuentra en el rendimiento, puesto que el calor necesario lo sacan del aire, el único consumo es el del compresor, mientras que el calor absorbido y entregado es hasta 5 veces mayor. Es por ello que se dice que tiene un COP (Coeficiente de rendimiento) igual a 5, mientras que una caldera eléctrica tiene un COP=1 y una a gas un COP=0,6.
El dimensionamiento de una bomba de calor para piscina se basa principalmente en el volumen (m3) de la piscina a calefaccionar.
Además se contemplan factores como, temperatura a alcanzar, si la piscina cuenta con cobertor térmico y distancia entre el sistema de filtrado y la bomba de calor propiamente dicha.
Por su parte, para lograr el dimensionamiento de una bomba de calor para calefacción por loza radiante, resulta necesario saber los m2 de losa radiante, y el volumen m3 de los espacios que se pretenden calefacciones.
Además resulta necesario saber la ubicación geográfica en la que se encuentre el establecimiento.
